jueves, 7 de noviembre de 2013

El Camino De Santiago mas duro que he hecho



Esta es la imagen mas gráfica que define lo que ha sido este camino de santiago,desfallecido, destrozado,vacío y sin fuerzas para mas. 



Todo comenzaba tras estar todo el día del jueves trabajando, haber hecho un viaje en bus de cuatro horas desde las diez y media de la noche, desde Coruña a Astorga, el que llego a las dos y medía, y tras acabar de montar las bicicletas y abrigarnos debido a los cinco grados de esa noche, pusimos rumbo a santiago a las cuatro de la mañana, comenzando la que iba a ser la etapa mas larga y dura de todas las que había hecho en mis anteriores caminos a Santiago. 



Durante esta primera parte de esta primera etapa, nos pasamos lo que quedaba de noche subiendo la Cruz De Hierro, el primer puerto, de los cuatro que tocaban ese día. A los pocos kilómetros ya me notaba cansado, desfallecido y vacío, desde ese momento sabía que iba a ser tremendamente duro, y que iba a sufrir cada gramo de peso que llevaba en las alforjas, quedaba mucho por delante, y teníamos que seguir, no había vuelta atrás y dejarlo no era una opción, aun que era lo fácil estando tan cerca de casa..........
Ya por la mañana y tras haber desayunado algo, pusimos rumbo al segundo puerto, El Cebreiro. La subida fue lo mas duro, los dos nos retorcíamos en las bicicletas, y el fuerte viento y la lluvia que se levantaron en ese momento dificultaron mucho la  situación, hasta que llegamos arriba. Una vez allí no tuvimos mas remedio que cambiarnos y comer algo caliente, nos encontrábamos muy cansados y congelados, pero no podíamos parar mucho, la noche se nos echaba encima y el sueño era un enemigo silencioso. Así que sin pensarlo mucho, y bajo un diluvio, pusimos rumbo a los dos puertos que quedaban, para finalmente llegar a una bajada de diez kilómetros, donde sabíamos que podíamos disfrutar lo que en todo el día no habíamos podido, pero que equivocados estábamos.
Tras cruzar los dos puertos restantes, el Alto de San Roque y El Alto de Poio, llegamos a la bajada, ya con noche cerrada. Entre la poca visibilidad y el fuerte viento que se levantó en ese momento, hizo que la cuesta fuese el punto de mas sufrimiento de toda la etapa, haciendo que una cuesta que siempre nos llevo veinte minutos bajar, pasaran a ser casi una hora de sufrimiento, donde las fuertes rachas de viento nos hacía prácticamente llevar un pie fuera para apoyarnos en la carretera, ante una racha inesperada.
Pero finalmente con mas de 45 horas sin dormir, pedaleando mas de doce horas sin descanso, pudimos llegar a Triacastela, completando 140km, por pistas y senderos. A priori era un pueblo antes del lugar al que pretendíamos llegar, pero que por seguridad ante el fuerte viento y la lluvia, decidimos quedarnos ahí. Era momento de preparar todo e intentar descansar lo máximo posible.

Al día siguiente la cosa no mejorara, el viento no era tan fuerte, pero la constante lluvia nos acompañó todo el camino. La idea era clara, intentar llegar al monte do gozo, a ocho kilómetros de Santiago, para hacer la etapa del día siguiente corta y volver a casa, para atender nuestros trabajos y familia.


Durante mas de 14 horas, tuvimos que pedalear bajo una fuerte lluvia que no ceso en ningún momento, el fuerte viento durante muchos kilómetros nos mermó mucho la moral, y la niebla y el frío marcaron mucho nuestro sufrimiento físico.
Durante esta etapa pude aprender varias cosas de mi mismo, y descubrir que el ser humano es extraordinario. De mi, aprendí que desde este camino, cada vez que venga de una prueba de palabras mayores descansare mas, y lo sorprendido que me quedé, y que me pareció extraordinario, es que estaba tan fundido, tan vacío, que mi cabeza no me permitía recordar donde o cuanto quedaba para las cuestas arriba, hasta el momento de llegar a la base de la misma, donde recordaba metro por metro la subida, siendo rutas y caminos que transito cada año dos veces, y que realmente creo que mi cabeza no me permitía recordarlo, para no agotarme mas, innecesariamente.
Finalmente tras 145 kilómetros, pudimos llegar a nuestro destino, y con algo de fortuna encontrar una cama y una ducha para poder descansar. 

Al día siguiente, los dolores se notaban, el cansancio era apreciable en nuestras caras, pero la alegría y entusiasmo nos desbordaba, a pesar de volver a ver las bicicletas pinchadas en ese punto, como otros años. Tras repararlos y sin pensarlo mucho, con el frío pero con el sol a nuestras espaldas, pusimos rumbo a la catedral, a coronarnos una vez mas, en un paseo de ocho kilómetros.






Sin duda ha sido el camino donde mas he sufrido, mas vacío me sentía desde el principio, mas exhausto me encontraba, y donde me sentí que no tenía  fuerzas para mas.
Tras algo mas de un año completo, con mucha carga y mucho trabajo día a día, nunca me había encontrado tan cansado ni había sufrido tanto deportivamente, solo agradecí que fuese allí y no en ninguna prueba, por que  poco a poco y con la ayuda del compañero pudimos llegar, y sin duda pude aprender mas y mejor, en una lucha conmigo mismo por no dejarlo. 
Sin duda hubo momentos muy duros, donde los dos incluso pensamos en montarnos en un tren y volver a casa, el frío y la constante lluvia fueron lo peor, y nos mino moralmente, como un martillo pilón, pero nuestro estilo no es abandonar, no es dejarlo,  (que es algo que en algún momento llegará, y tampoco es malo, y habrá que aceptarlo y continuar, pero no iba a ser ni ahí ni ahora), lo dos juntos nos forjamos remando, y sabíamos como tirar uno del otro, y aun que a base de muchas horas y mucho trabajo de cabeza pudimos finalmente llegar, juntos como equipo.


Ya de regreso a casa, sin ni siquiera tener fuerzas para colgar la bicicleta en el tren ,comencé a pesar lo realmente mal que lo pasara durante el camino, lo fundido, lo vacío de todo el trabajo, pruebas y entrenamientos de esta temporada, y que había acabado aun mas fundido y mas vacío al llegar a la catedral, pero en ese momento también me daba cuenta que realmente estaba muy feliz de haberlo conseguido, que aunque no fuese una carrera ni un entreno, había sido una lucha conmigo mismo para continuar y no abandonar.
Sin duda, puedo decir que una vez mas el camino me ha enseñado y he aprendido dos buenas lecciones, y una de ellas estoy seguro que me ayudara a afrontar un futuro gran reto que me ronda la cabeza. 




GRACIAS A TODOS POR ACOMPAÑARME UN CAMINO MAS!!
Todos los apoyos, y todas las palabras de ánimo, que esta vez me ayudaron mas que nunca!!!
GRACIAS!!



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