miércoles, 6 de agosto de 2014

Nueve años de mi mayor desgracia y mi mayor regalo!

Nueve años, ya nueve años, se puede decir de muchas maneras, de muchas formas, pero lo cierto es que hace nueve años que me separan de esa fatídica noche, de ese momento, de ese instante que cambió mi vida, de ese suspiro donde la peor desgracia de mi vida, se convirtió en mi mayor regalo.

Se puede decir de muchas maneras, y describir de otras tantas, pero lo cierto es que hace nueve años que volví a nacer, que aprendí a pelear por lo que quiero, dejándome el alma y la piel para conseguirlo, que aprendía  a motivarme y exigirme cuanto mas adversas o dificultosas se ponían las situaciones, y a enfrentarme al miedo para usarlo como aliado para conseguir mis objetivos.

Lo cierto es que lo que me paso no se lo deseo a nadie, y no creo que nadie lo quisiese pasar, pero lo cierto es que no me arrepiento, ese hecho y las consecuencias que vinieron después, hicieron que sea la persona que soy hoy en día, sin duda, la mejor versión de mi mismo. 

Sin duda no fue fácil, y hubo muchos momentos que marcaron diferencias, pero un chip en mi cabeza cambió, mentiría si no dijese que tuve miedo, por que claro que tuve miedo, en un suspiro, la vida que conocía ya no existía, e inmóvil en una cama, sin sentir ninguna parte de tu cuerpo, me preguntaba, ¿por que?,¿ Por que tuviste que saltar de cabeza a la piscina?.
En ese momento sí que me derrumbé, comencé a llorar y pensar en todas las cosas que no había hecho por pereza, todos esos momentos que dejara pasar por decirme a mí mismo “ya tendré tiempo, en otro momento”.  También pensaba en esas cosas malas que todos hacemos de vez en cuando, y que en ese momento me daba cuenta que eran tonterías, que solo hacen que perdamos nuestro tiempo o el de los demás.


En esa espera, donde no notaba nada más que mis lágrimas corriendo por mis mejillas, me prometí que si salía de esta y volvía a caminar, nunca me rendiría, emprendería retos nuevos, y  no me dejaría estancarme.
Lucharía por lo que quisiese hasta el final,  y nunca por muy adversas que fueran las cosas, nunca me rendiría o dejaría  de llegar a donde me hubiese propuesto dando lo mejor de mi.
En ese momento prometí  que si volvía a andar realizaría el camino de santiago todos los años mientras mi físico y medios me lo permitiesen, camino que ya estoy preparando y planeado para empezar en un par de semanas de nuevo, haciendo honor a mi promesa.

Hay momentos muy duros, y siempre me han dicho que tengo muy mala suerte, pero una vez que fui consciente de la situación, me aferré al poco valor que me quedaba, y fue en ese momento donde empezó un proceso largo de recuperación que llegó a durar dos años de trabajo. A día de hoy convivo con secuelas, que me hacen no olvidar el suceso de aquella noche, y que me recuerdan lo afortunado que soy, y que si trabajo y lucho, todo es posible!

Nueve años después, y tras mucho trabajo y aprendizaje desde cero, solo puedo decir que no me arrepiento de cada paso que di, de cada momento que viví, y que sin duda, me considero afortunado por vivir la vida que me toco, no sin mucho esfuerzo, trabajo y grandes sacrificios, pero orgulloso y feliz de cada etapa, de cada persona y de cada momento que me han dejado sin aliento estos nueve años.

Desde entonces ya no tengo miedo, si mucho mas respeto a todo, pero no miedo. Por que cuando comprendes, que cruzar una simple alfombra en el suelo se puede convertir en el momento mas épico de tu vida, en el obstáculo mas grande, comprendes también que cada momento, cada instante, por pequeño o grande que pueda parecer, por maravilloso o aterrador que pueda hacerte sentir, vale la pena vivirlo.

Por que si algo merece la pena para que te levantes, merece la pena que la hagas bien hasta el final, que des lo mejor de ti mismo, y por muy duro que se ponga, apretar los dientes y seguir hasta el final!

POR QUE TODO ES POSIBLE, EN LA MEDIDA QUE TU CREAS QUE ES POSIBLE! 





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